Beijing
traicionada
Las mujeres en el mundo entero
informan que los gobiernos no lograron traducir el Programa de acción en
realidad
Síntesis
El presente informe es el quinto de una serie de informes en que la
Organización de las mujeres para el ambiente y el desarrollo (WEDO-sigla en
inglés) evalúa los progresos de los gobiernos en la implementación de los
compromisos que tomaron hacia las mujeres del mundo en la Cuarta Conferencia de
las Naciones Unidas para la mujer celebrada en 1995 en Beijing. Consiste en
informes de mujeres en 150 países representando cada región del mundo. Muy a
menudo, sus realidades contrastan fuertemente con los informes oficiales de los
gobiernos.
Beijing traicionada es un homenaje a las mujeres en cuanto que agentes
del cambio por lo cual nos regocijamos.
En todas partes, las mujeres han utilizado el Programa de acción para
empujar sus gobiernos a tomar medidas, modelar leyes y sensibilizar al público
con vista al adelanto de los derechos fundamentales de las mujeres, de la paz y
de un desarrollo sostenible.
Sin embargo, el título refleja una prueba obvia de que los compromisos
claves tomados por los gobiernos para con las mujeres aún tienen que
realizarse. He aquí la crítica
central: Los gobiernos en el mundo entero han adoptado un acercamiento
parcial y cuantitativo hacia la implementación que no puede operar la
transformación política, social y económica subyacente a las promesas y a la
visión de Beijing.
Desafíos
Una combinación de varias tendencias mundiales ha creado un clima
hostil al adelanto de los derechos de la mujer:
·
La
creciente militarización desde septiembre del 2001 y la exacerbación de la violencia regional y comunitaria,
han aumentado el número de los
refugiados y de las personas desplazadas, así como han puesto en peligro
el acceso de las mujeres a los servicios y a las protecciones básicas.
·
La
predominancia de los marcos económicos neoliberales y de las políticas dictadas
por el mercado conllevaron cambios en las reglas comerciales y financieras,
tanto como a la desregulación y a la privatización, que han aumentado la
pobreza y ahondado las desigualdades entre las naciones y dentro de las
naciones mismas, para las mujeres en particular.
·
La
subida de los movimientos fundamentalistas busca revertir las ganancias de las
mujeres y limitar sus libertades y oportunidades en todas las esferas de la
vida, inclusive en la salud reproductiva.
En medio de esta atmósfera, que limita los recursos y restringe la
visión de los roles aceptables para las mujeres, muy pocos gobiernos han
movilizado su voluntad política o su liderazgo al más alto nivel para cumplir
con los compromisos tomados en Beijing respecto a las mujeres. Pues el
resultado fue que numerosas mujeres en todas las regiones se encuentran ahora
peor que hace diez años.
Logros
El Programa de acción de Beijing formuló objetivos y recomendaciones
de accions en varios dominios de mayor preocupación. En todos, los resultados
son más bien atolondrados.
·
Derechos
humanos: La Convención de las Naciones Unidas sobre la eliminación de todas
las formas de discriminación hacia la mujer (CEDAW- sigla en inglés)) está
ratificada hoy por 179 países, contra 146 hace una década. Los gobiernos se percataron del tráfico de mujeres y
niños en el matrimonio forzado, la prostitución, el trabajo esclavizante y la
servidumbre doméstica.
o Pero los Estados Unidos todavía no figuran entre los países que
han ratificado a la CEDAW. Algunos de estos países aún mantienen reservas formales
a la Convención y conservan leyes discriminatorias.
o Las fuerzas
derechistas en todas partes del mundo invocan a la cultura y a la religión para
denegar los derechos de la mujer.
o
Dominan los
acercamientos punitivos hacia el tráfico humano, mientras pocos protegen los
derechos humanos de las mujeres afectadas, o buscan remediar a las causas
profundas del tráfico.
·
Paz
y seguridad: La Resolución 1325 adoptada por el Consejo de Seguridad de la ONU en
el año 2000 pone el acento sobre la importancia del papel de la mujer en la
prevención de los conflictos, el mantenimiento de la paz, la resolución de los
conflictos y la edificación de la paz.
Numerosos gobiernos han adoptado leyes prohibiendo la violencia contra
la mujer, y el derecho internacional reconoce ahora que la violación y la
coerción sexual durante los conflictos son crímenes contra la humanidad.
·
o La sensibilización
del público a la Resolución 1325 es mínima. Las mujeres todavía están casi
ausentes de los niveles de toma de decisiones en los gobiernos y en las
empresas en los cuatro rincones del mundo.
o Los gobiernos no han
conseguido proteger adecuadamente a los refugiados y a los pedidores de asilo.
·
Poder
y toma de decisiones: En los casos en que los países han adoptado leyes o
programas para aumentar el número de mujeres en el parlamento, resultó que las
preocupaciones de las mujeres tuvieron una mayor prioridad.
o Pero el por medio de la
representación de las mujeres apenas subió de 4 por ciento a lo largo de la
década: de 11,7 a 15.8 por ciento de los oficiales electos.
o Asia occidental,
Arabia Saudita y Koweit siguen negando a las mujeres el derecho de votar y de
ocupar altas funciones.
·
Erradicación
de la pobreza: Algunos gobiernos adoptaron leyes contra la discriminación fundada
sobre el sexo y para involucrar a los hombres en el cuidado de la familia.
o
Pero
las
mujeres todavía son entre los más pobres, concentradas en la agricultura y en
la economía informal, muy a menudo en empleos peligrosos. Entre las mayores
causas, el débil crecimiento del empleo; la falta de acceso a los recursos, de
formación, de crédito y servicios; y las persistentes barreras jurídicas.
o
La
labor de las mujeres sigue sub-valuada y mal contada en las estadísticas
nacionales, mientras las políticas económicas y comerciales que rigen sus vidas
raramente consideran sus necesidades.
o En la mayor parte
del mundo, los quehaceres domésticos y el cuidado de la familia siguen
descansando sobre las espaldas de las mujeres.
·
Educación:
El
objetivo fijado en Beijing de escolarización universal en la enseñanza primaria
tanto para las niñas como par los varones está a punto de ser alcanzado en
2005, excepto en Africa subsahariana y en Asia occidental.
o Pero las tasas del
abandono escolar y del analfabetismo permanecen más elevadas
para las niñas que para los
varones; persiste la desigualdad en los niveles de la enseñanza secundaria y
superior; y los estereotipos de género siguen vigentes en la mayoría de los
manuales escolares.
·
Recursos
naturales y seguridad ambiental: Algunos gobiernos
adoptaron leyes otorgando a las mujeres el derecho de poseer y heredar la
tierra y, fueran nombradas suficientes mujeres Ministras del Medio Ambiente
como para poder formar su propia red en 2002.
o Pero las mujeres siguen
ausentes de la mayoría de los órganos de toma de decisiones sobre el medio
ambiente.
o En muchos países,
las mujeres aún no gozan de derechos de propiedad, mientras tendencias como la
privatización del agua infringen su habilidad de gestionar los recursos y de
responder a las necesidades de su familia.
·
Salud:
En
el mundo entero, las mujeres siguen luchando por el derecho de disponer
libremente de su propio cuerpo. El acceso a los cuidados de salud básica y
reproductiva continúa siendo problemático a nivel mundial, especialmente para
las mujeres rurales y de bajos ingresos. Las mujeres y las niñas corren más el
riesgo de ser infectadas con el VIH/Sida, principalmente a causa de su
subordinación sexual y del estigma atado a las víctimas.
Conclusión
Estos informes, a los que contribuyeron mujeres en más de 150 países,
muestran de una manera concreta que la retórica de los gobiernos en Beijing no
ha llegado a traducirse en la realidad diaria de las mujeres. Los gobiernos
dieron muestra de una falta de voluntad para convertir sus compromisos a favor
de los derechos de las mujeres en acciones decisivas. En lugar de eso,
adoptaron un acercamiento parcial y cuantitativo que no puede operar la
transformación política, social y económica subyacente a las promesas de
Beijing.
El movimiento femenino internacional ha tenido una apuesta en las
Naciones Unidas que se inició hace unos treinta años con la primera Conferencia
mundial sobre la mujer y la proclamación del Decenio/Década de la mujer. Hoy,
las Naciones Unidas se hallan en una encrucijada, amenazadas por la creciente
predominancia de las instituciones financieras y comerciales internacionales y
debilitadas por una falta de recursos y por los desequilibrios de poder entre
sus diversos Estados miembros.
En el año próximo, los
gobiernos van a examinar una serie de grandes propuestas de reforma de la
ONU. Pese a las debilidades de la
ONU, las mujeres siguen retándola, empujando para que se volviera a ser un foro
más sólido con vista a la movilización y la facultad de las mujeres de
influenciar la política mundial.
(Fín)